viernes, 21 de abril de 2017

Feliz año viejo. Algo de Flor y Dulce después del 59



En Línea y 14 era la casa. Casi ya no está. La ruina y el descascaro roído en malestar es lo que se ve. Y viceversa. La mediocridad de borrar físicamente el predio de una estirpe, en aquel entonces juvenil, que no se dejó tomar, ni joven ahí ni más tarde ya viejo, por los restos de esa otra Habana. Hijos de la más intrépida descendencia latina y mambisa. La casa ajada por la sal y el mal gusto oficial de más de medio siglo. La literatura sin embargo endiosa. Ahí tomaron una rica limonada muchas figuras de las letras latinoamericanas e hispánicas. Dieron avance de obras cumbres que respectivos países han tomado para sí. Defendiendo a cada hijo y vanagloriándose de que su tierra le haya dado un talento tal. Sin embargo, hoy, váyase a la Ciudad de La Habana en Cuba, busque el barrio del Vedado, llegue a Línea y 14 y entenderá dos cosas: una, de por qué me es imposible marcar la desidia que socialmente simboliza la casa en este párrafo; y dos, verá cómo esos restos de palacete señorial son la revancha, la respuesta antisistema ante los que aún creen que ahí hubo para ellos algún resarcimiento....seguir leyendo

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