viernes, 29 de julio de 2016

El regalo de Dulce María Loynaz a la restauradora de arte Marta Escobar

—¿Y la historia de la otra lámpara?
—¿La otra lámpara? Me pidieron una réplica de la lámpara existente en el Altar Mayor de la Catedral salvadoreña, puesto que vendría pronto su Santidad el Papa Francisco. Pero preferí crear otra. La hicimos en dos meses, a partir de una pieza que me regaló el día de mi cumpleaños Dulce María Loynaz y un pequeño niño Jesús que también me obsequió el arzobispo Carlos Manuel de Céspedes. «Esas piezas las reproduje. La del niño Jesús la hice en pasta y resina, 16 veces. Una lámpara de 3,26 metros de diámetro y 32 luces, para el Altar Mayor. Nos ayudaron varios escultores. ¡Con esos elementos, es única en su tipo en el mundo! La ACAA y yo la donamos.
Artículo completo en Juventud Rebelde

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